Kei Tôme invita con ‘Luno’ a adentrarse en un cuento de ambientación europea en el que dos niños se enfrentan a un misterio que va más allá de la muerte

luno

El bello y pálido cadáver de una muchacha da la bienvenida a ‘Luno‘. Mientras unos misteriosos encapuchados profanan la tumba de una joven damisela, Teete, un niño fantasioso, se sumerge en uno de sus amados libros. Junto al río, una niña, Geeta, camuflada como chico, trata de sobrevivir del robo y la caridad. Bajo la luz de la luna llena, los acontecimientos se precipitarán, y los destinos de los dos muchachos se cruzarán de forma inesperada… Este es el punto de partida de una historia de tintes góticos, un cuento de aires europeos que trae de nuevo a nuestro mercado a la mangaka Kei Tôme.

Han tenido que pasar dos décadas para que volvamos a tener noticias de Tôme por estos lares. Al filo de la primera gran crisis del manga en España, con el cambio de siglo, Planeta DeAgostini comenzó a publicar el gran éxito de esta autora, ‘Kurogane’, una historia de samuráis en la que el espadachín protagonista resucitaba y seguía peleando gracias a la mecánica. Aquella edición quedó cancelada con tres tomos (de cinco), pero anticipaba el gusto de la dibujante por los personajes entre la vida y la muerte.

La inspiración de ‘Luno’ es evidente: el Frankenstein de Mary Shelley. Salta a la vista en la escena en la que el villano activa la máquina con la que espera resucitar a los muertos. Mansiones abandonadas, relojes de bolsillo, cementerios con sombras alargadas, torreones de piedra, acantilados recortados contra la luna… Falta una buena tormenta con rayos para que la narración canté bingo con un cartón repleto de tópicos románticos. Por suerte, la trama adquiere su propio camino cuando se revela el pasado de Geeta y de su anciano protector, unos hechos que descubren un pueblo desaparecido para el que la muerte no es el final insoslayable, sino una opción a la que se llega por decisión propia.

De época

Con sus casi 160 páginas -para un manga, poca cosa-, este tomo único se lee en un suspiro, y tiene la virtud de que, aunque la autora auguraba una segunda parte que nunca llegó, la trama queda perfectamente cerrada.

Curiosamente, si bien Tôme presume de una ambientación en ningún lugar y en ningún tiempo concretos, este hecho no contribuye a que este título escape a su época. ‘Luno’ es fruto de los primeros años 2000, y lo que por aquel entones nos hubiera parecido una interesante novedad en el mercado del manga, hoy es un título más. Correcto, sin duda, pero intrascendente.

*Artículo publicado originalmente en la revista Z nº75